La palabra cacofonía es de origen griego y significa malsonante.
No existe una regla concreta respecto de la cantidad de vocales iguales que se necesita para que se produzca una cacofonía, ni tampoco a las combinaciones de consonantes cuya pronunciación va a resultar conflictiva.
En algunos casos las oraciones del discurso indirecto obligan a repeticiones que generan cacofonías. Por ejemplo, al decir ‘El amigo le dijo que qué más daba, que igual eso se sabía’ se repite el ‘que’ y se produce una cacofonía, en este caso solo pasando a la cita textual se evitaría este problema, pues se suprime un ‘que’.
En general, se sugiere evitar las cacofonías con el fin de volver más amena la lectura, pues consideran que aun cuando se hace una lectura “silenciosa” de un texto, (esto es, solo “visual”), el lector permanentemente evoca en su mente los significantes, es decir, los sonidos de las palabras, y no le resulta grato encontrarse con sonidos que se repiten y desarmonizan. A veces se usa como recurso de estilo, para llamar la atención o con intención humorística. Ejemplo: ¿Cómo quieres que te quiera si el que quiero que me quiera no me quiere como quiero que me quiera?
Explicado el concepto, estos son veinte ejemplos de cacofonías:
Parece que aparece
Se comportó atentamente, sigilosamente y tranquilamente
‘Sale’, le dije
Tomando té te mejorarás
Yo puedo ir a la pileta, pero mi amigo no nada nada
Como poco coco
Trabaja de traer trípodes
Yo lo coloco mientras tu esperas aquí
Firme la forma solicitada
Hizo caso omiso.
Mientras tras de cámara pasaban cosas
Me pregunto qué difundo, qué defiendo.
Cada caja encaja perfectamente
Cuando cayó yo ya había llegado
Quieres que te quiera como tú quieres
La crisis petrolera, financiera y estanciera es muy fuerte